Y aún arde Madrid en mi memoria

Odio como tus Cuatro Torres me miran por encima del hombro
y también tu cielo sin mar.
No soporto que me sometas a tus horarios 
ni que me hagas medir la distancia en paradas de metro.
Aborrezco los tiempos compuestos que usas
y que el asfalto de la Castellana ardiendo dé rienda suelta a mis pensamientos.
Me repugna tanto tu vanidad que haría pequeña tu Gran Vía.
Odio darme de bruces con tu figura castiza y que pases de largo.
Odio que me asaltes con propaganda en las calles, 
pero más aún que yo misma te haga publicidad.
Odio que estés tan cerca y que no me hayas invitado a descubrir tus rincones,
"pero sobre todo odio no poder odiarte, porque no te odio,
ni siquiera un poco, nada en absoluto".

 

Comentarios