Modo aleatorio

El cigarrillo más fino del mundo fue a caer en tu boca. El humo dibujaba recuerdos y sonaba en el hilo musical la canción que nunca te escribí. Acariciabas el volante con una mano, tambaleando los dedos al ritmo de la canción, mientras con la otra tirabas las cenizas por la ventanilla. Llevabas la corbata bien atada, para que no se te escaparán palabras de más, pero se te escaparon silencios de menos. Me dijiste que solo te gustaba navegar con vientos de tormenta. Que últimamente nada te despegaba los pies del suelo y habías apartado a un lado tu plan de la vuelta al mundo en 80 vidas. Te disfrazaste con otra piel, te teñiste de melancolía la sonrisa y encerraste tu pájaro azul. M e pediste que siguiéramos con nuestras vidas paralelas, que alargáramos aún más esa tregua de tres días que ya duraba meses. Pero yo sé que nuestra historia seguirá abierta y nunca la vamos a cerrar del todo, porque nuestros caminos en círculos son espirales. Que me sobran musas para escribir, aunque haya

Tuvo que ser un desconocido el que rescatara de nuevo nuestra historia. Me dijo las cuatro cosas típicas que yo nunca me había atrevido a decirte, sin más. Las dijo y desapareció, sin saber que había abierto de golpe y porrazo nuestra caja de pandora. Releyó en voz alta nuestra historia, esa que otros callan. La de los restos de amor marchitos en corazones ajenos. La de las guerras de miradas. La que nos tenía contra las cuerdas. La de tu nombre y sus espinas. Aquella en la que los silencios solo son ese lapso de tiempo en el que nos atrevemos a decir la verdad. Me dijo que enamorarse no debería de ser nunca un error y venían a mi cabeza todas las mentiras que no quise ni quiero juzgar. Pero también recordé aquellos momentos en que dejabas en pausa tus obligaciones para hacerme reír a carcajadas. O cómo te convertiste en un experto en desaparecer, aunque ni tú ni yo tuviéramos la culpa. Y me asaltaron los monstruos del deber, las alianzas enemigas,

Sorpréndete cuando ya no duelan errores pasados ni heridas abiertas. Olvídate de esas alas que no vuelan y sal a llenar las miradas desiertas. Deja a un lado esa vida ejemplar, quítate la inercia del egoísmo. No confundas ver con mirar, que verte y mirarte no son lo mismo. Haz de tus defectos virtudes y no impongas tu relevancia. Cuenta conmigo cuando dudes y seas víctima de las circunstancias. Cuélgate de mi cintura, llévame a ver otros fuegos. Sé la mecha de locura que me haga entrar en el juego. Yo seguiré así, previsible, confundiendo puertas y espejos. A ratos férrea, a ratos susceptible, a veces verdad y otras solo un reflejo. Atrapada en el punto medio, a caballo entre el cielo y el infierno, buscando algún remedio para no padecer de invierno. Que no seré la chica de ayer ni tú serás Antonio Vega. Que tú no lo quieres ver pero yo no estoy tan ciega. "Cada pueblo, cada puente, cada cruce me ha enseñado que con hoy es suficiente y mañana e

Que me leas por primera vez. Que me leas y veas que hablaba de ti antes de conocerte y hablaré de ti después de olvidarte. Que me leas y dejes a un lado los principios para encontrar nuevos finales. Que pierdas la razón de tanto atarla en corto.   Que me leas con insomnio y noches en vela a tus espaldas. Que leas mis historias edulcoradas y te imagines la sonrisa que solías pedirme. Que me leas y te invada una leve taquicardia. Que me leas los labios. Que el ron de los tuyos eche abajo mis letras. Que me leas y no entiendas nada. Que quieras seguir leyéndome. Que me invites a ser una más de ese cielo estrellado de cometas. Que me leas mientras escuchas tu canción favorita. Que imagines nuestra canción, esa que aún no tenemos. Que me leas y escuche los ecos de tu acento. Que me leas y no encuentres lo que buscas. Que dejes de buscar. Que me leas en tu paseo diario por las nubes. Que me leas y arda la ciudad. Que tú te deshieles. Que me leas y te dejes leer. Que te guste. Que me

Quería decirte que las cosas pasan por algo o por nada, pero las cosas pasan. Pasan a veces sin que puedas evitarlo o sin que siquiera te des cuenta . Pasan veloces, como el escalofrío que te recorre los brazos hasta llegar a la nuca. Pasan de largo y sin dejar huella o pasan arrasando con lo que encuentren. Te van a pasar cosas que ni por asomo apuntarías en el reverso de aquella servilleta con planes a medio plazo. Pasará eso que desbarate tus planes y tu presente. Pasará y puede que solo te quede esperar a que amaine el temporal para volver a buen puerto. Pasará y te preguntarás por qué sin encontrar la respuesta. Que sí, que las cosas pasan y muchas te hacen caer. Es fácil para el espectador decir aquello de que siempre hay que levantarse tras una caída. Pero el asfalto está tan caliente o la hierba tan mullida que tal vez te cueste más de lo esperado levantarte. Créeme que no está mal, que puedes alargar tu estancia en el suelo si eso te ayuda a mantenerte de pie más tiempo de

Soy más que un corazón que late, más que el soporte de mis huesos. Soy los celos que tal vez me maten y todo lo que callan mis besos. Soy un puñado de recuerdos jamás fotografiados; soy los sueños que muerdo y los que se han escapado. Soy el mensaje de mi madre preguntando cómo ha ido, soy los chistes de mi padre, me haya o no reído. Soy ave en un mar de peces y pongo el ala a tu sombrero. Soy aquellas veces que me dijeron "te quiero". Soy mis planes fracasados y mis estrategias infalibles. Soy mis ojos inundados por creer en imposibles. Soy las palabras que no digo, las excusas que me invento. Soy el juego que te sigo y el día que me arrepiento. Soy las decisiones que tomo y la suerte que me arropa. Soy feliz cuando me asomo al abismo de tu boca. Soy más de lo que fui y menos de lo que puedo ser. Soy la vida que elegí y lo que me queda por crecer. "Mírame, soy feliz, tu juego me ha dejado así."

Ya lo sabes, yo quería quererte con los ojos cerrados, como se hacen las mejores cosas de esta vida. Cantarte, besarte, verte con los ojos cerrados. Concederte 5 minutos más de sueño o de sueños.  Yo quería quererte y no poder, porque el poder corrompe. Repetirte mis errores y mis aciertos, hasta que fueran tuyos también. Compartir contigo el tedio del medio. Vivir de intentos y naufragar en barcos que nunca llegan a buen puerto. Quería enseñarte que la vida es un viaje y que cada viaje nos da un poquito más de vida. Que así como te digo, todo son ventajas. Que está hecho, que es fácil. Quería que fueras mi pañuelo de lunares, mi conserje de la noche, mi canción de las noches perdidas, mis 20 dólares por una camiseta. Quería enseñarte lo que dejé escrito ayer. Que ocuparas todos los pisos de la pirámide. Dejarte adivinar y predecir, avanzar como las cosas de palacio. Advertirte y que hicieras caso omiso. Quería llegar contigo a las 7 de la mañana y salir a la terraza a ver los

Brindo por ellos, por los amigos que derrochan simpatía .  Por los que saben qué decir, cómo decirlo y cuándo. Por los que no tienen ni idea de qué decir pero lo intentan. Por los que hablan más de la cuenta y por los que callan más de la cuenta. Por los roncos de cantar en conciertos, de gritar en partidos o de besar en pistas de baile. Por los que conocí ayer y ya saben todo de mi vida. Por los que conozco de toda la vida y no saben qué hice ayer. Por los que quisieron cuando no pudieron y por los que pudieron cuando no quisieron. Por los que saben, antes que yo, qué haré mañana o en otra vida. Por los que no necesitan saberlo todo para entender. Por los que juegan en equipo y por los que disfrutan del mano a mano. Por los que comparten y por los que se guardan sus cosas. Por los que están a casi 400 kilómetros y por los que están a la vuelta de la esquina. Por los que están siempre en línea. Por los que ves una vez al año (que no hace daño) y por los que estás harto de ver tod

Déjame estar equivocada contigo. Déjame que crea que sigues siendo el mismo al que confesaba mis secretos mientras jugaba con el último botón de su camisa. Déjame que te imagine mirándome con la cabeza echada hacia un lado, buscando que te enseñara un nuevo perfil. Recuerdo a la perfección cada frase mía que tú terminabas, cada mirada mía que leías, cada sonrisa tuya tras convertir mi no en un sí . Porque siempre encontrabas la manera de conseguir lo que te proponías y te gustaba meterte en la boca del lobo. Recuerdo lo que siempre me dije. Que nunca es tarde si es contigo porque no está mal vivir de ilusiones. Que peor vive quien tilda de falsas todas las esperanzas, quien vive sometido a sus deberes. Que a mí también me llama el deber, pero tú me gritas más fuerte y me miras con esos ojos que no puedo dejar de mirar. Déjame que te recuerde así, buscándome como un loco entre las miradas que inundan los pasillos y encontrándome antes que cualquier otro. Aprendiendo a querer y a

Me gustas cuando parece que todo te da igual, cuando te pones las gafas de sol y no ves más allá del cristal. Me gustas porque sé que en el fondo todo te importa, que tienes el corazón afilado pero nunca te cortas. Me gustas también cuando tienes lo que te mereces, cuando nadas en tus dudas y eres uno entre tantos peces. Pero me gustas más cuando te mereces lo que tienes, cuando dices que sí y es no, cuando no sé si vas o vienes. Me gustas poco, pero bien, porque no encuentro mejor manera. Que el amor es lo contrario a eso de que cada palo aguante su vela. Me gustas parecido a mí, pero más aún diferente o cuando te pareces al anterior, pero eres el siguiente. Me gustas cuando te escucho por encima de mi conciencia, cuando eres imprevisible y me regalas tu presencia. Me gusta que me mires así, tal y como me miras, que sean menos los centímetros que separan nuestras mentiras. Me gustas aprendiéndote de memoria y repasándote el día de antes. Me gu

Seamos, aunque sólo sea por unas horas. Seamos los que se enamoran en una noche de invierno o los que se demoran en su camino hacia el averno. Seamos los que pierden el interés a los dos días y medio, las dificultades al fin de mes, los locos sin remedio. Sé tú el sitio vacío en mi mesa, el plato que siempre repito, la culpa que ya no pesa, el héroe de todos mis mitos. Sé las formas que me despistan, los primeros zapatos que mire, los ojos que me desvistan, la primera piedra que tire. Yo, en cambio, seré la Roma que nunca paga traidores. Seré el sarcasmo, tal vez la broma que pase por alto tus errores. Seré la última respuesta, la ilusión que mueven tus formas. Seré la doble apuesta que juega con tus normas. Seré quien te escriba y tú, quien no me lee. Serás mi necesidad afectiva y yo, tú plan B. Quema la suerte y arden todos los absolutos. Qué mala suerte que no seamos ni por unos minutos. "And maybe we got lost in translation, mayb

Has cambiado, pero todos lo hacemos. No me malinterpretes, no te estoy reprochando nada. Has cambiado y me gusta. Me gusta que tengas nuevas manías e ideas con las que sacarme de quicio. Me muero por saber con qué vicios estúpidos y gustos inéditos me sorprenderás esta vez. Quiero descubrir si ahora lloras con las películas, si te has cosido el bolsillo de la camisa, si ya no tienes el mismo aguante, si le pones mi cara a las canciones... si la próxima vez que te vea me darás un beso o la razón. No sé hasta qué punto han cambiado tus prioridades o si has dejado de buscar ese adjetivo tan poco acertado. Puede que ya no te escondas de la vida cubriéndote con tu gorro de lana verde, ese que compraste en algún mercadillo por el norte de Europa. Te solías tapar las orejas y dejabas de escuchar al mundo, pero él seguía hablando. Te contaba sus planes y tú seguías escribiendo en aquella libreta negra, absorto, prometiendo que algún día me lo enseñarías. Pero no te preocupes, a todos nos p

Sigo con las mismas dioptrías pero he cambiado el punto de vista y aunque hayan desmontado mis teorías, para seguir tirando me bastan tus pistas. La pista de los besos que olvidas en otros vestidos y en otras bocas. El tercer beso que, por más que te pida, no me das cuando por inercia toca. Ahora aquel del que nunca te hablé resulta ser un golfo honrado y tú, sin saber muy bien por qué, te pasaste al bando equivocado. Cansada busco, para ir a mejor, compañero de viajes y aduanas para aprender a mentir y a medir el dolor, para no salir nunca del fin de semana. Alguien que cuando habla, canta; que descifra y entiende mis pasiones; con quien medir el frío en mantas  y contar el tiempo en canciones.   5 minutos y de la vida apenas nada sé. 4 minutos y un muro de metacrilato. 3 minutos y suenas en bucle en la cara B. 2 minutos y no hay canción que acompañe este rato.  " Y mientras,  yo me enamoraba como un fan de tu voz, de tus amigos, de tu ropa o