Ella siempre temió echar raíces que pudieran sus alas cortar



“Pero es que yo no puedo ser de esos tipos que andan siempre con el corazón en la mano.”
M. Benedetti - La tregua

Perdóname,
pero no voy a hacerlo.

No puedo servir otra vez
mi corazón en bandeja
para ver cómo juegan con él
y luego se alejan.

No voy a dejar a la vista de todos
las cicatrices y magulladuras
que después de tantas ausencias
y tantos silencios
aún duran.
No voy a enseñar los silencios
que lo habitan,
los recuerdos que evita,
los anhelos, las fisuras,
los amores que lo dejaron roto
sin remedio ni cura.

No quiero renovar la llaga
cuando un amor más
me deje un pedazo menos,
cuando tú quieras velocidad
y yo busque desesperadamente
pisar el pedal del freno.

Solo quiero un amor
que pase de puntillas.
Un amor anestesiado,
sin dolor ni riesgo
ni cosquillas.
Insípido, inofensivo,
ordinario.
No quiero un huracán diario
de emociones que me desborden,
no quiero el desorden
ni el ritmo ternario
de un vals que no celebra nada.

No quiero rimar más
tu sístole y mi diástole
porque si estás cerca
son más los latidos por segundo,
pero si estas lejos
cada latido se hace un mundo.

Hace un año
que no te digo la verdad
y me repito
“Pero es que yo no puedo ser uno de esos tipos”
como quien promete
en un día de resaca
que jamás volverá a probar la bebida.


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