Causa y efecto de mis canciones
De la
casualidad a la causalidad
hay solo un
par de letras despistadas.
Así podría
ser que la casualidad de encontrarte
sea la
causa de encontrar mi vida desordenada.
Aunque sigo
siendo una escéptica romántica
que espera
todo sin creer en nada,
que regala
abrazos sin usar las manos
y aún
disfruta bailando
sobre el
filo de la espada.
Con la
resaca de las banderas en los balcones
y el mar de
Agosto agitado en una copa,
sigo
esperando que escuches al gallego
y me veas
en cada gaviota.
Todavía es
demasiado pronto
o demasiado
tarde
para
reconocer que me dejaste rota,
que fui a
por todas en tu guerra
y arrasaste
con mis tropas.
Que hubiera
preferido que arrasaras
con mis
ropas, con mi boca,
con mis
ideas de loca,
incendiando
cada palmo de mi espalda
que tus
dedos tocan.
Pero
tenemos una invitación pendiente
de un año
cuyo Febrero no quiero acordarme
por ser tan
ignorante o tan inconsciente
de jugar a
enredarme en tus veinte,
de intentar
en vano descifrar tu mente,
de comprar
un garaje para que todo empiece
y terminar
fracasando como la gente corriente.
Si al final
pagan justos por pecadores,
prefiero
pagar que recrearme en tus pecados,
como
prefiero tomar parte
en contra
de tus malas artes
que poner
punto y aparte
y mirar
hacia otro lado.
"Ojalá se te acabe la mirada constante,
la palabra precisa, la sonrisa perfecta."
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