Porque quien encontró el amor no lo buscaba tanto

Te diré lo que estás haciendo mal: estás buscando en el lugar equivocado. 
Estás buscando la felicidad en los demás, el amor en un espejo, la amistad en las multitudes, el éxito en un fajo de billetes, la culpa en las circunstancias, la moral en palabras necias, la satisfacción en el placer, la risa en el escarnio, la suerte en una mano de póker, la fuerza en la violencia, la vida en imposibles...

Elige bien donde buscas, ten claro lo que quieres y no te excedas. No indagues en terreno vedado, tarde o temprano todo saldrá a la luz.  Respeta los tiempos de los demás, deja que sean ellos los que te digan "Siéntete como en tu casa" y, solo entonces, podrás husmear en todos los rincones de sus vidas. Tal vez así consigas descoser sus cicatrices, no con intención de dañar, sino de comprender; quizás puedas de este modo compartir brechas e historias, soplar heridas, desinfectar el pasado...

Deja de buscar prototipos y empieza a buscar tipos de verdad. Sácate ese estúpido canon de belleza y modales de la cabeza y comienza a fijarte en quien merece la pena. Que te toque la fibra sensible y no la guitarra. Que te haga reír con el ridículo más absoluto. Que te admire aunque no presuma. Que dé todo por ti aunque sea poco. Que te haga sentir bien sin hacer nada. Que tenga el valor de escribir lo que nadie se atreve a pensar. Que te quiera aunque no te lo diga. 
 
"Y echando la vista atrás, no sé si me he equivocado, 
no sé si he elegido mal o si es lo que me ha tocado."

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