Pero sigo siendo el rey



Sube la marea
y no hay luna
que la pueda hacer bajar.
Algo dentro pelea.
No debo, no quiero,
no me toca olvidar.

Una ola más
es un castillo de arena menos.
Una ola más
es un rostro más ajeno.
Una ola más
es un mar que, más que agua,
tiene veneno.

Sube la marea
y se lleva
el café sin hacer,
la visita de las siete,
el periódico de ayer,
el calendario que me miente.

Sube la marea
y entre las olas,
el perfume de su ausencia,
el color de mi infancia.
De mi vida, la quintaesencia,
ahora tránsito y estancia.

Si llevo una vida
siendo niño cerca del mar,
cómo no voy a tener otra
para navegar sin naufragar.
Pero como el amor de los marineros,
los recuerdos me besan y se van.

"Amo el amor de los marineros
que besan y se van.
Dejan una promesa.
No vuelven nunca más."

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