Apúntame

Dispárame,
que sigo viva
con la sonrisa cosida a balazos.
No voy a comprar
tu estilo de vida
o hipotecar mi presente
con infinitos plazos.

No canto ni bailo,
pero me pierdo con facilidad
porque prefiero la noche
que vivir con una frontal
y me gustan los cambios,
me excita el qué dirán,
el toro por los cuernos,
las naranjas sin mitad,
los helados en invierno,
las historias sin cerrar.

Si soy mi propia cárcel,
quiero condenarme a la victoria.
Castigar a esta rutina
cimentada en penas y glorias,
bailar un vals en cada esquina,
no olvidar nunca tu memoria,
dar vacaciones a mi conciencia
y contagiarme de la euforia,
que apesta a adolescencia.

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