Pronto

Pudo ser, tal vez, que las
probabilidades de encontrarte fueran mis
posibilidades de sobrevivir.

Perennes las miradas que cruzamos,
postizos los sentimientos, a
punto de caducar lo que
parecía ser eterno.

Padecí cada segundo de silencio, cada
pausa de incertidumbre que no hacía más que
posponer una respuesta que ansiaba.

Prolongaste la espera con
propuestas indecentes y
propósitos desmesurados.

Pensé una vez más; me 
planteé abandonar,
pasar de página.

Pero picaste a mi puerta,
pasaste hasta la cocina y me
pudieron las ganas. 


Ganas de 
poseerte, de
pelear a la contra contigo, de
perfeccionar nuestros pecados, de
precipitarme sobre ti cual lluvia de abril, de
perjudicar a tu rutina, de
preocuparme cuando frunces el ceño, de
perseguir tus cosquillas, de
pronunciar tu nombre, de 
pagar las deudas pendientes, de
pasear entre la nieve, de
pintarte la vida a todo color, de
preferirte antes que a cualquiera, de
prometerte el universo, de
protagonizar tu historia, de...

... publicar poesía para perdedores.



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