Los ayeres

Sorpréndete cuando ya no duelan
errores pasados ni heridas abiertas.
Olvídate de esas alas que no vuelan
y sal a llenar las miradas desiertas.

Deja a un lado esa vida ejemplar,
quítate la inercia del egoísmo.
No confundas ver con mirar,
que verte y mirarte no son lo mismo.

Haz de tus defectos virtudes
y no impongas tu relevancia.
Cuenta conmigo cuando dudes
y seas víctima de las circunstancias.

Cuélgate de mi cintura,
llévame a ver otros fuegos.
Sé la mecha de locura
que me haga entrar en el juego.

Yo seguiré así, previsible,
confundiendo puertas y espejos.
A ratos férrea, a ratos susceptible,
a veces verdad y otras solo un reflejo.

Atrapada en el punto medio,
a caballo entre el cielo y el infierno,
buscando algún remedio
para no padecer de invierno.

Que no seré la chica de ayer
ni tú serás Antonio Vega.
Que tú no lo quieres ver
pero yo no estoy tan ciega.



"Cada pueblo, cada puente, cada cruce me ha enseñado
que con hoy es suficiente y mañana es demasiado."

Comentarios