¿Será esto el fin? (XIX)
Seguimos trabajando en eso de mirar la vida diferente, y probamos con el resto de sentidos. Si tuviera que quedarme con uno, me quedaría a vivir para siempre en tu tacto. Entrelazaría mi mano con la tuya y estaría así toda la vida, con mi dedo corazón atado al tuyo sin separarse y mi corazón latiendo al ritmo del tuyo sin pararse. Disfruto más dibujando tus constelaciones que mirando las estrellas; siempre fui más de mirar el reflejo de la luna en tus ojos que la propia luna. A veces nos empeñamos en mirar arriba cuando lo bonito es el suelo: el barro en los zapatos, el agua de la orilla mojándonos los pies, las raíces, la piedra con la que siempre quiero volver a tropezar… Eres un oasis, una escapada de la rutina a la que prometo no tardaré, mientras pienso que ojalá tardase toda la vida. Eres el juego y la trampa. Ponme en el tablero y sácame a jugar. Bailemos como piezas de ajedrez en los azulejos del baño. Pintemos de color el monocromo en nuestras partidas y venidas, por todas