Modo aleatorio

Ya lo sabes, yo quería quererte con los ojos cerrados, como se hacen las mejores cosas de esta vida. Cantarte, besarte, verte con los ojos cerrados. Concederte 5 minutos más de sueño o de sueños.  Yo quería quererte y no poder, porque el poder corrompe. Repetirte mis errores y mis aciertos, hasta que fueran tuyos también. Compartir contigo el tedio del medio. Vivir de intentos y naufragar en barcos que nunca llegan a buen puerto. Quería enseñarte que la vida es un viaje y que cada viaje nos da un poquito más de vida. Que así como te digo, todo son ventajas. Que está hecho, que es fácil. Quería que fueras mi pañuelo de lunares, mi conserje de la noche, mi canción de las noches perdidas, mis 20 dólares por una camiseta. Quería enseñarte lo que dejé escrito ayer. Que ocuparas todos los pisos de la pirámide. Dejarte adivinar y predecir, avanzar como las cosas de palacio. Advertirte y que hicieras caso omiso. Quería llegar contigo a las 7 de la mañana y salir a la terraza a ver ...

Brindo por ellos, por los amigos que derrochan simpatía .  Por los que saben qué decir, cómo decirlo y cuándo. Por los que no tienen ni idea de qué decir pero lo intentan. Por los que hablan más de la cuenta y por los que callan más de la cuenta. Por los roncos de cantar en conciertos, de gritar en partidos o de besar en pistas de baile. Por los que conocí ayer y ya saben todo de mi vida. Por los que conozco de toda la vida y no saben qué hice ayer. Por los que quisieron cuando no pudieron y por los que pudieron cuando no quisieron. Por los que saben, antes que yo, qué haré mañana o en otra vida. Por los que no necesitan saberlo todo para entender. Por los que juegan en equipo y por los que disfrutan del mano a mano. Por los que comparten y por los que se guardan sus cosas. Por los que están a casi 400 kilómetros y por los que están a la vuelta de la esquina. Por los que están siempre en línea. Por los que ves una vez al año (que no hace daño) y por los que estás harto de ver...

Déjame estar equivocada contigo. Déjame que crea que sigues siendo el mismo al que confesaba mis secretos mientras jugaba con el último botón de su camisa. Déjame que te imagine mirándome con la cabeza echada hacia un lado, buscando que te enseñara un nuevo perfil. Recuerdo a la perfección cada frase mía que tú terminabas, cada mirada mía que leías, cada sonrisa tuya tras convertir mi no en un sí . Porque siempre encontrabas la manera de conseguir lo que te proponías y te gustaba meterte en la boca del lobo. Recuerdo lo que siempre me dije. Que nunca es tarde si es contigo porque no está mal vivir de ilusiones. Que peor vive quien tilda de falsas todas las esperanzas, quien vive sometido a sus deberes. Que a mí también me llama el deber, pero tú me gritas más fuerte y me miras con esos ojos que no puedo dejar de mirar. Déjame que te recuerde así, buscándome como un loco entre las miradas que inundan los pasillos y encontrándome antes que cualquier otro. Aprendiendo a querer y a ...