Ocupamos los dos la misma jaula y nada más

No me frenes con excusas
ni me des una de cal y otra de arena.
No culpes de todo a las musas,
ellas no son las que envenenan.

No justifiques la mendacidad
como remedio para evitar el daño.
Prefiero pelearme con la verdad,
que el dolor ya se irá con los años.

No intentes hacerme bajar
de este tejado de cinc que arde.
Mis razones no las vas a cambiar
y para apelar al corazón ya es tarde.

Aun predecible, sé tú mismo,
con tu mirada agridulce y tu sabor añejo,
con combustible para saltar el abismo
que separa los dos lados del espejo.

Deja libres las indómitas pasiones
que un día desataron mi corsé
y que hoy, mientras desatas otros cordones,
se duermen como un lunes sin café.

Deja que la felicidad ajena
te sirva hoy de consuelo.
Si hay sonrisa, no hay pena
y si no hay pena, nunca hay duelo.


"-¿Qué ganarás? 
¿Cuál puede ser la victoria de una gata en un tejado de zinc caliente?
-Seguramente continuar en él mientras lo resista."

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