Y quiéreme después. Sigue queriéndome.

Perdóname 
si por compromiso me hice la idiota,
si quise siempre dar la nota,
si nunca te dije que me tienes rota,
si tuve pánico a la derrota,
si jugué a dejarte con la palabra en la boca,
si me justifiqué con un "es lo que toca".

Olvida
que jugué por jugar, porque la vida es un recreo,
que me invitaste a beber y me bebí hasta los trofeos,
que te canté al oído sin saber solfeo,
que prometí quedarme y desaparecí en un pestañeo,
que te conocí en la barra y te desconocí en el Leteo.

Quiéreme
cuando no nos separen franjas horarias ni aviones,
cuando las tildes se tuerzan y no aprendan lecciones,
cuando yo sea una entre tantas opciones,
cuando en el muelle de la bahía suenen nuestras canciones.

Recuerda
que a veces uno y uno suman cero,
que no lo esperas, pero te espero,
que aunque no quiera, te quiero.

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